Castillo de Cervera

Fue construido a principios del siglo IX, época en la que la actual Cervera de Pisuerga era frontera entre el reino cristiano y musulmán.

Se emplazaba en lo alto la loma conocida como “El Castillo” que con sus 1077 metros de altura domina la villa por el oeste. Fue levantada para proteger a la población, hasta el siglo XVI, en que no siendo ya necesaria su protección, fue demolida aprovechando sus piedras para la construcción de la cercana iglesia de Nuestra Señora del Castillo.

El castillo era un edificio que respondía a la necesidad de defensa en una época marcada por guerras, conquistas, pillaje, etc. Por ello comienza teniendo un uso práctico y su arquitectura no aspiró a ser algo bello sino funcional. Es un recinto pequeño no habitable, de planta cuadrada, en el que se establecieron acuartelamientos temporales de guarnición militar.

Los castillos medievales se asentaban sobre un alto montículo o roca para evitar una de las formas de ataque del enemigo, la de construir túneles o minas bajo el muro para que su posterior hundimiento creará grietas a los muros. También en lo alto se dificulta el uso de bastidas o torres de madera móviles usadas por el invasor para asaltar. Los muros son anchos y resistentes para resistir el impacto de arietes y proyectiles catapultados. 

La Torre del homenaje, es la mejor ubicada y defendida, es el núcleo de mayor resistencia, y es el lugar donde se establecía el dueño o señor principal. En el Castillo de Cervera, aparte de la Torre del Homenaje, cuya estructura se puede intuir en el terreno, existieron 7 torres vigías que sustentaban el recinto y eran los principales puntos de defensa. De estas torres apenas queda constancia, aunque si es apreciable la planta de la fortificación.