Santa Cecilia es un templo de tres naves, con su cabecera plana en la que sobresale el ábside central. La portada se sitúa en un cuerpo adelantado en el muro sur. Es de arco apuntado apeado en jambas rectas y con cuatro arquivoltas decoradas de baquetones que apean mediante ábaco corrido en cuatro parejas de capiteles andresinos con sus correspondientes columnillas hasta apear en un alto podio.
Abundan en el interior los capiteles de motivos vegetales, elegantes y estilizados. Son de factura acorde con los de los ventanales de la cabecera norte y del hastial de poniente.
Dos elementos destacados posee Santa Cecilia: la torre cuadrada y la decoración escultórica al interior. La primera es una elegante estructura de tres pisos. El inferior posee ventanales aspillerados; uno por lienzo el medio y ajimezados los del superior.
Los capiteles del interior poseen diversos motivos, destacando las arpías y, sobre todo, el magistral capitel con la imagen de la matanza de los inocentes.